jueves, 15 de marzo de 2012

En búsqueda de objetos perdidos


Tenía diez años cuando vino mi primera gran pérdida. Se trataba de unas zapatillas All Star guindas en tiempos que no se importaban o se pirateaban tantas como ahora en el Perú, ahora te piratean hasta billeteras del lagarto, que por cierto antes de volver a Sevilla me agencié una porque al margen de que lleve la lagartija pegada a un lado el cuero era de calidad y el tío me dio hasta su tarjeta como curtidor lo que demuestra nuestra pobre industria peruana del cuero, no por la materia prima, pero sí por el lado creativo, más fácil es ponerle el caimán y sale calientita que ponerle quizá una alpaca o un oso de anteojos porque no te da "caché"...

Pero escribía de mis desaparecidas All Star que me mandó una tía de los Estados Unidos, de donde provienen la mayoría de cosas cheveres, y vamos a dejarnos de tonterías, al menos en los primeros años ochentas del siglo pasado lo creíamos, antes de que llegarán los dibujos japoneses claro está...pues recuerdo la alegría que me dio al calzármelas, tanta que dormí con ellas esa noche sin importarme la pezuña que tendría al día siguiente, de hecho al amanecer pensé en irme así no más con ellas al cole, pero claro mi vieja se opuso, me dio permiso de llevarlas a la clase de Educación Física previa sacada de legañas...

Luego de un rápido desayuno, salí volando al cole cuando lo más normal era que mi aletargado comportamiento de entonces me lleve a llegar justo cuando terminaban de izar las banderas, rezar y entrar justito a clase, sin embargo yo ya estaba en el paradero apurando a mi hermano y este me miraba extrañado, yo había ya metido mis zapatillas en la bolsa de deporte, que en realidad era algo más parecido a una bolsa de pan que otra cosa, y nos subimos al autobús, nos sentamos atrás y me puse a pensarme ya metiendo canastas con las zapatillas, clavándola en el aro trepado como un mono en él besando las All Star flashes de fotos a mi alrededor y dos cheerleaders a mi lado... y de pronto mi hermano de un golpe en la cabeza me despierta, estábamos ya en el cole y había que bajar corriendo del autobús, así lo hice de un felino salto y de pronto voy a colgarme la bolsa con las zapati...¿dónde están? ¿las tienes tú? anda no jodas tortugón, las tienes tú, le dije a mi hermano mayor, y me replica gritando, ¡te las has dejado en el autobús huevón!, la cagada, corrimos y corrimos pero el autobús ya doblaba la plaza y nada, imposible alcanzarlo, ni pensar ir a la parada final porque perdería una clase y eso era una ignominia para nosotros entonces niños recién comulgados, y nada, me comí los mocos y entré en silencio al colegio, al aula y me llegó al pájaro la bandera, el padre de nuestro y el altavoz pidiendo orden firmes en columna cubrir y toda esa parafernalia escolar de entonces...

Por la tarde al volver a casa mi madre me pregunta por las zapatillas, le conté lo sucedido, y se puso las manos en la cabeza, las zapatillas que tu tía, que no puede ser, muchacho de mier...me cogió de un brazo y me sacó a la calle, de nuevo a un autobús y hasta su paradero final...preguntó a los choferes, cobradores, vendedores de chicles, de caramelos...nadie vio ningún bolso de pan color azul. Regresamos a casa vencidos...

No es lo único que he perdido, de hecho creo que tres blogs no alcanzarían para enumerarlas, en cambio mi hermano, ese lechero, si que se encontraba de todo, una vez en el "pinbal" arriba de un juego de formula uno se encontró un relojaso casio, y que de hecho esos modelos clásicos se han puesto de moda por aquí otra vez, y yo lo único que me encuentro son siempre chicles pegados en las zuelas de mis zapatos, y a que viene todo este chamullo, es que hoy estaba la verdad muy molesto con mi compañera de piso porque la huevonaza me perdió mis recién comprados en la "cachina" sevillana llamada "el jueves" (sobra preguntar por qué) muñecos Alien y Predator para sumarlos a mi colección de adefecios "frikis" y que le di a guardar en una bolsa...¡de pan!, y la cojuda se los deja o bien en el mercado donde fuimos a almorzar o bien donde fuimos a tomar luego café, y no me lo ha dicho hasta la hora de la cena y he intentado calmarme y no mentarle a la madre (cosa que se entiende poco por estos lares la verdad, y de hecho hasta les causa gracia), pero, entre su familia le recordé mi historia de las malditas zapatillas All Star guindas sin estrenar y se ha cagado de risa en mi cara y ha sido el motivo de desfogar lo que siento en esta siguiente julfidés...

Me voy a la calle a ver si me encuentro alguito.





6 comentarios:

Marco B dijo...

Buena Julfito. A mi tambien me paso lo de perder cosas preciadas de la manera mas estupida posible. Lo bueno es que esas perdidas me enseñaron a valorar mucho mas las cosas no materiales de la vida. Este post estuvo mas paja que el anterior que me parecio un poco baylesco/corbachesco.

Marco B dijo...

Buena Julfito. A mi tambien me paso lo de perder cosas preciadas de la manera mas estupida posible. Lo bueno es que esas perdidas me enseñaron a valorar mucho mas las cosas no materiales de la vida. Este post estuvo mas paja que el anterior que me parecio un poco baylesco/corbachesco.

Miguel Miní Olivera dijo...

Seguramente la compañera de piso sabrá compensar la pérdida...

julfito dijo...

Sí "desconocido", lo de perder cosas es como una profesión para mí. Por lo segundo tienes toda la razón, el segundo me salió más a lo que julfito está acostumbrado a contar, y estamos pues, en busca de estilo perdido...lo mío no son las florituras como verás...y Miguel, sí, mi compañera se por tó bien...hoy me ha preparado unos tallarines con carne de luxe...

Renzo dijo...

Bueno man, es preferible perderlas a que te las roben: En el 93 un choro me robó mis LA Gear en el callao, dandome él sus zapatillas peloteras para regresar a mi casa...

julfito dijo...

Pues a ese choro deben darle un premio, otro te mete tu kechi, te bota y no te da no ojotas pa que regreses a tu jato...