Desde enano me llamaron la atención los bichos. Era un
placer solitario salir por las mañanas con mi bolsa transparente a buscarlos
por los jardines y parques de Jesús María por la calle Tizón y Bueno o si violaba la ley
paterna de no cruzar la avenida Brasil buscarlos al parque de la “PIP” (la antigua
Policía de Investigaciones para los que no estuvieron ahí) a la espalda de los
antiguos laboratorios de la Bayer hoy creo recinto de la universidad Garcilaso…
Sin embargo uno de mis mejores hallazgos sería en el cole…mientras
algunos compañeritos le tiraban de todo a un mono que teníamos en una lagunita
otros con bolsas de plástico iban a la caza furtiva de peces de colores de la
misma laguna o de los acuarios que habían dispuestos por el recinto colegial
para luego llevárselos a casa y someterlos a todo tipo de experimentos…yo no
era así…yo buscaba en quinto grado de primaria insectos bichos raros para luego
organizar en pomos previamente limpiados de mostaza o mayonesa peleas de abejas
contra arañas moscardones contra avispas cucarachas vs. hormigas y avispones o
un vale todo con mariposas incluidas…¡y mi madre creyendo que feliz que el niño
de sus ojos su príncipe azul su rey su soberano iba a ser entomólogo…!
Eso hasta que dos hechos marcaron el fin de mi perfilada
carrera como cría bichos…la primera fue un accidente en la casa de mi amigo
Edgar…aquella tarde llegamos felices de la cacería de una veintena de avispas
de todos los colores tamaños y formas : las clásicas amarillas y negras las
culonas negras las azules brillantes y algunas abejas que según nosotros eran
las esclavas a ser devoradas por las avispas y eso que aún no veíamos la “abeja
maya” en Perú por entonces…así al llegar a su casa procedimos a la labor de pasar
de las bolsas a los pomos los insectos pero en este procedimiento vimos que estaban medio moribundas quizá les
faltaba aire pensamos así que decidimos abrirle un poquito las tapas de los
envases mientras buscábamos algo con que hacerles hueco para que tengan por
donde respirar…cuando volvimos a la habitación que nos servía de laboratorio
escuchamos sendos bizbirreos y al mirar vimos los pomos abiertos y los bichos sueltos
zumbando amenazantes dirigiéndose a nosotros…lo primero que hicimos fue salir
corriendo de la casa pero luego pensamos que si llegaba la madre de Edgar si los
bichos no la acribillaban a pinchazos ella misma nos iba a aguijonear nosotros con cualquier objeto que viera en la
cocina…así que volvimos y entramos con unos palos y arremetimos contra las
avispas y una a una fueron cayendo y así
salvamos la vida y la casa pero nos pegamos un buen susto…cuando llegó su madre
nos vio pálidos y nos preguntó que nos pasaba y le dijimos que nada que
habíamos corrido mucho jugando pelota y estábamos sedientos nos preparó una
limonada pero en eso en la cocina se escuchó un zumbido fuerte ¡una avispa culo
negro se iba a posar en la cabeza de la mamá de Edgar! La señora pegó un grito
y salió espantada así que los hombres de la casa nos encargamos de acabar con
la plaga y pasamos de villanos a héroes en una tarde y aparte de la limonada
nos ganamos un postre una torta helada que hecha de las manos de la madre de mi
amigo la verdad era un buen premio a nuestra fatigosa labor y por un tiempo
decidimos dejar nuestros experimentos de entomología y hacer lo que mejor
sabíamos…jugar con nuestros “lanza chapas” y cerbatanas para lanzar cartuchos
de papel…
El segundo hecho ocurrió en mi casa aquella tarde antes en
el cole estaba arrastrando mi maleta por el suelo luego de un día de castigo
por hacer reír a mi amigo César con unos dibujitos que hacía en la parte de
atrás de mi cuaderno de Educación Cívica…de unos cerditos “haciendo jamón” o un
oso y una osa ustedes saben dibujos de contenido erótico de mi época…cuando de
pronto casi en medio del patio al lado de las astas de las banderas veo un gran
bicho negro no era un moscardón era más alargado no era una abeja reina porque
era todo negro así que en mi curiosidad científica naciente decidí darle caza…no tenía bolsas de plástico así
que al verlo posarse en unas flores busqué en mi lonchera del hombre araña mi
vaso donde mi madre me ponía el jugo de naranja me bebí el resto que quedaba y
con él me lancé sobre aquella bestia y la pude atrapar rápidamente tape el vaso
y me fui ligero a casa dando brincos contento por mi nueva adquisición…
En el camino pensaba donde lo iba a lucir recordé que tenía
un pomo grande de esos de mermelada seleccionado para una ocasión especial al
llegar a casa no estaban mis padres y mis hermanas jugueteaban con sus barbies
en su habitación así que aproveché para cerrar la puerta del comedor despacio
porque lo peor para un “entomólogo” es tener una hermana que le tenga fobia a los bichos y mi hermana “la negrita”
no puede ver ni una polilla ni a la cucarachita Martina de hecho hace poco dejó
un departamento en una zona privilegiada de mi añorada Jesús María porque según ella había una plaga de
cucarachas y segurito que eran cuatro “cuquis” de esas pequeñitas que te miran
con sus antenitas y son hasta beneficiosas para mantener tu casa libre de
restillos de comida…así entonces procedí a pasar muy despacio al enorme insecto
alado negro que rezumbaba fuerte aun en el vaso y de un golpe seco lo pasé al
pomo pero ahí se me resbala el vaso y el animal se queda en la boca del pomo
estira sus alas se das dos lamidas de cara y empieza a volar alrededor de mi comedor
y se posa en una lámpara sobre la mesa en eso mientras intentaba subido en una silla dar caza al díptero
aparece mi hermana y le sale un grito de horror de película de los años sesenta…y
justo llegan mis padres y preguntan ¿qué
pasa? mi hermana señala al bicho y a mí como los culpables…mi padre espantado
me dice que cómo carajo se me ocurre traer un tábano a la casa que eso le pica
a los caballos pero que a una persona de un picotón la puede mandar al hospital
que estoy demente y que me encierre en mi cuarto sin embargo dejé la puerta
entrejunta para ver cuál sería el destino de mi “mascota” veo a mi padre traer
un “baygón” “anti insectos voladores y rastreros” y lo gasea al bichito para luego verlo entre
mis lágrimas como a la desesperada intenta evadir a su asesino y dar vueltas y
vueltas alrededor del comedor hasta caer desfalleciente al lado de las cortinas
de la ventana que daban a la calle y luego mi padre con una de sus chancletas
sus “sayonaras” lo remató con un certero golpe al tábano y luego lo levanta con
la otra chancleta y lo tira por la ventana a la calle sin medir si le caía en
la cabeza a alguien que circulaba por debajo de nuestro departamento en la bulliciosa avenida Brasil…mi camino a
ser un gran estudioso de coleópteros dípteros u ortópteros había terminado
debajo de una chancleta y pisoteado por cientos de transeúntes que circulaban
aquella infausta tarde por la avenida…
Como corolario a todo esto puedo añadir que años después un
accidente me haría recordar algo de ese espíritu cuando con mi amigo “el mono”
César decidimos acabar con un nido de avispas que se habían apoderado de una de
las esquinas por el lado externo de la ventana de su habitación ahí nacieron
los exterminadores de plagas ya conocíamos el truco de hacer lanzallamas con jeringuillas
rellenas de alcohol y así acabamos con su nido (seguro de aquí se copiaron para
hacer la escena de Aliens 2 para matar los huevos de los monstruos…) nuestro
trabajo sería arduo pues luego vinieron hormigueros y nidos de cucarachas y
hueveras de arañas así que si alguno de ustedes necesite ayuda no dude en
llamarnos gustosos acabamos con las plagas sus cortinas y puede que con usted
también de paso…pero nuestro descubrimiento del fuego ya es para otro capítulo…piromanía…